I
No se que decirte aire.
Espera el mar que te mueve;
la copa verde que te anima;
la fuente airosa, aire, que te besa.
II
Ahora se que decirte,
aire. Tibio hálito mío,
callada espuma, gracia, hermosura
de imposible tacto. ¡Alma tú mismo
de mis sueños!