Poema La cartera del proscrito
Cuan triste, largo y cansado,
cuan angustioso camino,
señala el Ente divino
al infeliz desterrado.
Ir por el mundo perdido
a merecer su piedad,
en profunda oscuridad
el horizonte sumido.
Que triste el verlo pasar
tan apacible y sereno,
y saber que allí en su sueño
es la mansión del pesar.
El suelo dejar querido
de nuestra infancia testigo,
sin columbrar un amigo de
quien decir me despido.
Pues cunado en la tempestad
se ve guerrear la esperanza,
estrellarse en la mudanza
la nave de la amistad.
Y andar, andar errabundo,
sin encontrar del camino
el triste fin que el destino le
depare aquí en el mundo.
Y recordar y gemir
por no mirar a su lado,
algún objeto adorado
a quien ¿te acuerdas? decir.