Poema Miseria
Oye avaro hambriento que amas la vigilia
porque así el tesoro puedes custodiar.
¡Monstruo de ojos hechos a mirar visiones
detrás de los hierros del área infernal!
Caja enflaquecida de carnes llagosas,
que encierras un alma que odia Satanás;
¡sapo horripilante, reptil nauseabundo
que adoras la cresa de tu lodazal!
Cierra bien la entrada de tu cueva oscura,
no hagas luz adentro, que a la claridad
se entrará el fantasma de tu propia sombra,
dentro la caverna donde está el caudal.
No oigas si a tu puerta llama el pordiosero
guarda tus monedas, cómete tu pan;
guarda tus harapos cuando ya podridos
caigan de tu cuerpo, ¡pobre Barrabás!
Deja que el desnudo muera a la intemperie,
deja que el hambriento muera sin comer;
no dejes que nadie se manche las manos
con tus propiedades, y habrás hecho bien.
Si el prójimo sufre, no es tuya la culpa,
el tiempo no pierdas en la caridad;
no duermas, ahorra tus horas nocturnas
¡que las ratas pueden comerte tu pan!
Huye del contacto de tus semejantes,
cierra tu caverna para la amistad;
vive entre las sombras tu misantropía
¡sin cuidarte mucho de la soledad!
El silencio engendra duendes y fantasmas
que robarte pueden algo del caudal;
cuenta con cuidado tu montón de oro,
cuéntalo mil veces, ¡vuélvelo a contar!
Monstruo de ojos hechos a mirar visiones
detrás de los hierros del arca infernal;
no oigas si a tu puerta llama el pordiosero,
¡guarda tus monedas, cómete tu pan...!
Escritor: Federico Bermúdez y Ortega.