Poema Católico


Poema Católico

!Oh gran Dios¡
Tu que mueve la tierra y los vientos.
Tu que encuentras el fin de los confines,
Tu que dispones los genes celulares y
das la energía a la materia, Vuelve
a mi tus ojos un momento y observa
el caos de mi mente, que indaga de
la ciencia sus secretos queriendo responder
a mis creencias, que eres tu como yo, que te
tengo cuerpo.

!Oh gran Dios¡
Tu eres la mente universal,
energía latente, inmaterial,
un nada material que forma un
todo espiritual, imperceptible
a nuestro sentidos. !Naturaleza¡
decimos de respuesta a la belleza
brillante de las formas tratando de
negarnos tu presencia, pensando
que la mente del humano es el
centro de toda grandeza.

!Oh gran Dios¡
Comprende a estos seres que creaste,
que tienen libertad de decisión,
que fabrican sus propias amarguras
y frustraciones, que ensucian, que
intoxican la vida en que caminan
y que piensan que solo sus razones
son las leyes que rigen la vida.

!Oh gran Dios¡
Observa y recuerda mis sonrisas
cuando niño, contempla mis errores tan
continuo y mis vanos esfuerzo en tu busca,
tratando de tocarte, de asirte, de palparte un
momento, sin querer ver !neciamente¡ que tu
presencia esta con migo , aquí en mi corazón
en cada piedra que piso y que maltrato y
en cada brillo de sol cuando amanece.

!Oh gran Dios¡
Perdona mi cegueras tan humanas,
dilata mis pupilas para verte y grava en
mi cerebro con la fe, que el aire que respiro
tu lo mueves, que el agua que me llueve tu la
mandas, que tu eres el origen, el dueño y el sustento
del universo, que tu y yo estamos indisolublemente unidos
y que de ti volveré después de muerto.