Caminando por la vida
un día comprendí que
lo importante no es saber lo
que uno tiene, si no, saber
lo que cuanto vale.
en ese caminar mire
a un político, que pasaba
y pensé, que lo importante no
es lo que se promete, si no
lo que se cumple.
a un niño que
lloraba desconsolado
triste y solo, le dije, que
Dios es experto en cambiar
lagrimas por sonorizas, tristezas
por alegría, y problemas
por bendiciones, que el es
joven, y que aun faltan
duros golpes que recibir
de la vida.
a un vendedor ambulante le dije:
no hay secretos para el éxito. este de
alcanza luchando día, tras día por lo
que quieres.