POEMA AMANECIENDO EN TU VERBO



Sin demora, esta piel de septiembre se empapa en tu mirada,
nace y renace en complacencia el deseo de amarte…
el delirio de unas sábanas blancas y yo, te pronuncian entera
y en la caravana del tiempo, acerco la distancia.
Quiero hacer de esta presencia un recuerdo vivo,
derramar tu aliento… como gotas de rocío,
quiero encontrarme contigo, piel adentro…
y dibujarte en mi cuerpo con tu tinta ardiente.
Ahora, que mis pupilas te abrazan por completo,
que mis brazos ansiosos rompen ya las cadenas
y arden en tus llamas, ¡grita mi cuerpo ansiando…
que no me toque el silencio antes que tu ser!
porque tus versos desayunan hoy en mi almohada
y nuestros besos, ya humedecen el tiempo
con la fuerza de tu belleza delirando
en la gruta de mil deseos… derramándonos, en el verbo.
Hoy, sé que naces con el alba preñada de ternura,
que los versos –tuyos y míos- tienen aroma a rosas azules,
que el otoño de tus ojos dibuja primaveras en mí
y tu mirada ya no se confunde con el viento;
sé, que las melodías de tu ser acarician mi vida…
que tus labios y los míos, prueban unos besos inéditos
y se enjugan de mieles por nuestros universos…
Hoy, sé que el amor es para mí, otra vez.