Poema de Stephane Mallarme La tumba de Edgar Poe.

Como la eternidad lo trasforma en si mismo 
el poeta se yergue con la desnuda espada 
sobre un siglo aterrado por el que fue ignorada 
la muerte que triunfaba en esa voz de abismo. 

Vil sobresalto  de hidra que el ángel oyó dar  
al habla de la tribu un sentido mas puro, 
en voz alta anunciaron el debido conjuro 
de una negra mixtura en un innoble mar. 

La tierra sea hostil, la nube nos repruebe, 
si no esculpe con ellos nuestra ideas un relieve 
que la tumba de Poe de su belleza invista. 

Mole calma caída de un cataclismo oscuro, 
que este granito muestre para siempre su artista 
a los vuelos de la blasfemia en el futuro.