El nuevo amanecer contemplo con ternura
y el alma soñolienta comienza a despertar;
en mi pecho se agitan las mas tiernas caricias
y surge de mi mente el mas bello ideal.
Y deseo vivir en medio de tu mundo,
y que sean tus ojos los soles de mi mar,
que tu aliento pausado sea la cálida brisa
y tus labios la hoguera que calienta mi hogar.
Y en el atardecer que arrulla la noche
entregarte un beso un volcán de pasión;
formarte con mis mano un dulce paraíso
en donde existían siempre amor y comprensión.
En la noche sin luna, sin luceros y estrellas,
cuando sienta tu alma soledad y temor
formare un dogal con tu cuerpo y el mio
y taremos unidos en sueños y dichas, ilusión... y amor.