Las penas le cambiaron el azul a mi cielo,
la angustia me azotaba nublando mi visión;
mi mañana era incierto, sin promesas ni rosas,
y el dolor y el fracaso rompieron la ilusión.
Y mi tanto pensar me abrumaba hasta el alma,
ni tanta tristeza desgarraba al corazón;
mis fuerzas lentamente se iban alejando
y mi vida corría asía la destrucción .
En media de mi bruma escuche tu mensaje
y bebí de tu fuente, calmándose mi sed;
me sostuve en tus brazos que a mi se extendían,
y me lleno tu gracia y se creció mi fe.
Yo te llamo señor, yo te llamo mi amigo,
!Oh jesus redentor¡ que mi vida cambio;
tu bendices las horas que componen mis días
desde aquel mismo instante, que mi alma confiada,
con ternura infinita, en ti se refugio.