Estas en la sonrisa que ilumina mi cara,
estas en este llanto que brotas de mis ojos;
en mi piel que respira tu perfume de hombre
y en los ratos callados que denuncia mi enojo.
Estas en la penumbra que rodea mi alcoba,
estas en el azul que engalana mi cielo;
en la tibia alborada que arrulla la mañana
y en el leve suspiro donde vive mi anhelo.
Estas en la locura que transforma mi vida,
en la otrora vereda que el tiempo ya cambio;
en la pasión que mi alma a encendido la hoguera,
eres tu mi destino, el bendito destino que la vida me dio.