Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reino sobre el mar:
Rosalía con Efigenia y
Lucia con Soledad.
Lo decíamos embriagadas
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.
Con la trenzas de los siete años,
y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra de higueral .
De los cuatros reino decíamos,
indudable como el corán,
que por grandes y por cabales
alcanzarían hasta el mar.
Cuatro esposos desposarían,
por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de judá.
Y de ser grande nuestros reinos,
ellos tendrían sin faltar,
mares verdes, mares de algas,
y el ave loca del faisán.
Y de tener todos los frutos,
árbol de leche, árbol del pan,
el guayacán no cortaríamos
ni morderíamos metal.
Todas íbamos hacer reinas,
y de verídico reinar:
pero ninguna ha sido reina
ni en Arauco ni en Copán.