Verla llegar silenciosa
cual su destino, sombría,
tan ajena de alegría
cuanto mustia y pavorosa;
ve como asoma al dintel
de su albergue miserable,
desterrado inexorable
la escala luz que había en el;
ve como extiende su manto de
tinieblas al entrar, y con
ella aumentar del alma el
hondo quebranto;
ve de su sombra el horror
cuanto le fue bien querido,
y aun lo que fue aborrecido
para tormento mayor,
que vive en pos de su huellas
todo cuanto fue y no existe,
y con su sombra se viste
de color mas triste que ella ...
!y cuando, tras noches umbría,
para todos abra un sol, en su
aguda pena impía ni siquiera
habrá arrebol.