Tan golpeada y saqueada,
desde la conquista y la pseudoindependencia
te han tratado sin clemencia.
Por eso, contra la dependencia y tiranía
se levantaron con lozanía,
Bolívar, Sucre y San Martín,
para dar a la injusticia su merecido fin.
Quisieron hacer una patria grande,
para que sola se defienda y ande,
sin pedir permiso a los mandamases
como ahora lo haces.
Estás herida por los cuatro costados,
sangras por todos los lados,
y tu grito desesperado
tus verdugos lo han ignorado.
¡Ay mi América!,
tú tan rica
y te encuentras en harapos,
por estar bajo los desalmados capos.
¡Ay mi América!, de miseria vestida
a tus hijos le niegas la vida,
por ser placer de los crueles tiranos
que te han atado con sus perversas manos.
¡Ay mi América!, lloras como criatura
y nadie te da ternura,
te ahoga la demasiada paciencia,
y te niegas la merecida segunda independencia.
Dedico estas letras para ti,
como ayer lo hizo José Martí,
para que resuelvas liberarte con tu propia fuerza,
con férrea voluntad que por nada se retuerza.